sábado, 17 de octubre de 2009

¡PILOTO O PILATOS!

¡PILOTO O PILATOS!

¡No hacia donde vamos! ¡Hacia donde nos pretenden llevar! Los venezolanos, queriendo dárnosla de graciosos y desechando lo malo conocido, nos enamoramos de un advenedizo, incapaz y de paso resentido por que nunca había conducido o logrado manejar algo en positivo, para que nos piloteara una nave llamada Venezuela con 26 millones de pasajeros.

Para desgracia nuestra y de nuestros descendientes, resulta que el individuo, no sabía conducir ni bicicletas y ahora en posesión de la nave no consigue el rumbo hacia el destino que el pasaje se trazó o deseaba llegar.

Claro que la impericia del sujeto aunado al personal de vuelo que lo acompaña que resultaron ser una jauría de incapaces y delincuentes y que su ignorancia no los hacían aptos ni para servir el café, pero que sin escrúpulos de ninguna naturaleza se roban los bienes de la nave y las pertenencia de los pasajeros, pero demostrando en sus responsabilidades una incapacidad sin precedentes, han deteriorado hasta tal punto su estructura, que esta está próxima a precipitarse al vacío.

Su incapacidad de piloto y ese desprecio por la nave y sus pasajeros, lo han convertido en su potencial y más conspicuo destructor.

Si los que se encuentran dentro de la nave, sobre todo una mayoría muy significativa; los indiferentes que asumen una actitud pasiva, y que piensan tal vez, que cuando ésta se estrelle ellos van a salir ilesos y no unen su esfuerzo, para demostrarle al piloto que no es imprescindible; irremediablemente la nave se destruirá y con ella todos sus ocupantes.

Es necesario tomar el mando y si es posible lancémoslo sin paracaídas.

“Existen hombres a quienes no les interesa el dinero, solo persiguen incendiar el mundo.”

Luís Varela Luzardo

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